Autora: Aurora Luque
Título: Gavieras
Editorial: Visor / Fundación Loewe
Año: 2020
Con este poemario ganó Aurora Luque el
premio Loewe 2020. Y es un premio
merecido: estamos ante un poemario muy potente, aunque quizá vaya perdiendo
alguna intensidad conforme nos acercamos al final. La unidad temática del texto viene definida
en su título, que nos habla de mar y de mujeres que lo surcan o simbolizan, a
lo que se añade otro hilo conductor, que es la mitología y el mundo clásico en
general. Libro atrevido formalmente, con
un lenguaje poético lleno de poderosas imágenes y una pulsión por la eufonía,
la búsqueda de la belleza y del ritmo del verso.
No es un poemario hermético; al contrario,
gustará (o, al menos, lo harán algunos poemas) al lector no acostumbrado a la
poesía. Sin embargo, la belleza y la
exigencia de la forma es constante. Pero
quizá su mayor acierto sea su crítica radical al presente (no una crítica
directa o panfletaria, sino un cuestionamiento total –o eso me parece percibir–
de actitudes y modos de vida de lo más reciente. Por ejemplo, cuando le pide a Anfitrite una “ética
serena / que aleje a los feroces” parece clamar contra el mundo sin piedad que
expele twitter: o cuando, en un poema en prosa, reivindica una ciudad en que se
pueda caminar y leer (en “Decálogo de la Flâneuse”),
parece pretender dar respuesta al modelo liberal de calles atestadas de coches
y consumo descontrolado: por eso afirma que “es hora de expulsar a los
grasientos / mercaderes de nuevo”. Y así
podríamos seguir.
En
definitiva: poesía de altos vuelos formales y compromiso feminista que formula
un modelo alternativo de vida al que padecemos.
Reivindicación de la calma, de la lectura, de la vida. Aquí van unos poemas breves a modo de ejemplo
(pero todos son de lectura inexcusable y, en particular, el “Decálogo” antes
citado).
ANFITRITE
Anfitrite: Qué pocos te nombraron.
Casi sola en tu nombre: no lo cedes
a una carencia triste o a un peligro.
No te asignaron ritos ni subieron
a colinas ni a acrópolis. Estás en tu albedrío.
Eres la mar tranquila
sin caballos de patas de huracán.
Poseidón, codicioso de Atenas,
destruyó con su cólera el voto de
mujer,
los nombres de las madres.
Tú eres el mar-espejo, el mar-aceite,
la presencia mayor, mas no invocada:
no aterrorizas: bañas.
Matérica materna ensambladora,
regalas la corona marina a Teseo.
Estar serenamente. Coexistir.
¿Y si aprendiéramos de ti
una forma de estar en el lenguaje?
¿Si expulsáramos
a los que exigen súplicas y trueques,
acatamiento, altares, sumisiones?
¿Y si cuidáramos la calma
circulante y azul en que consistes?
Tomar de ti, Anfitrite,
la ética serena
que aleje a los feroces.
AFRODISIAR
CONJUGACIÓN, ENIGMA, LETANÍA
Y PALINODIA DEL SIGLO 21
B
Afrodita merece un verbo activo.
Afrodisiarás sin dolor.
Sabedlo, afrodisiaban.
Amaban tanto tanto afrodisiar.
Afrodísiame, llévame contigo.
Afrodísiame un poco, quédate conmigo.
Afrodisian sin apusa los del piso de
arriba.
Si afrodisiaras, ay, si afrosiaras.
Haz que pase.
Úsame.
ABOLICIÓN DE LA DIOSA MADRE
Figura
femenina. Grimaldi. Liguria.
Paleolítico
superior. Esteatita verde.
Esteatita traslúcida,
clorita verde opaca,
arcilla puesta al sol,
piedra calcárea gris,
serpentina, alabastro,
mármol y terracota,
piedra arenisca blanca,
picrolita azulada,
marfil verdoso, bronce,
hueso pulido,
brazos-alas o brazos
en cruz, manos en las rodillas,
manos bajo los senos,
manos ahusadas,
manos triangulares,
manos que portan frutos,
manos que abren la vulva,
silueta de violín,
vientre abombado,
vientre inciso, con pliegues,
esteatopigia o no,
pelvis ancha o andrógina,
obligo hendido,
ombligo no marcado,
sexo triangular,
sexo-fisura,
vulva en forma de llama
o montículo púbico marcado.
¿Solo diosas con vientres fecundables?
TAROT MOON
La luna siempre sostiene una mirada
severa y ahondadora.
Pero lleva calzado sucio de peregrina,
de senderista, de
andariega.
¿Querrá marcharse lejos, abrazar a
otro planeta?
Es lo móvil y lo inmóvil.
Es la bruja de lo infinito y la madre
de los círculos.
Sale para advertirnos de lo negras que
son las túnicas de
la noche.
Sale para invitarnos a las
encrucijadas, a los rumbos y a
las travesías
que se abren a su equívoca luz ––si la
seguimos.
Sale, nos mira fijamente, nos
paraliza, nos llena de
vértigos y se va.
MACHADIANA
Estos
días azules y este sol de la infancia.
Aquel sol de verano y esta tarde tan
gris.
El puente de Collioure y aquella noche
negra.
El mar tan transparente y este odio
tan turbio.
Aquel amor limón y su olmo seco.
Aquella ciudad pura; esta podrida
patria.
Este sol casi azul. Aquella, aquella infancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario